10 feb 2012

Perú: Comprar útiles a informales puede costar 60% más caro

Tres años me tomó darme cuenta de que la mayoría de pequeños comerciantes informales de los alrededores del Mercado Central y Mesa Redonda cobraba más caro por los útiles escolares que las librerías y mayoristas que tenía Lima entre 1995 y 1997. Fueron los precios de un lápiz y un rollo de vinifán los que me hicieron sospechar que muchos de ellos vendían los útiles a veces al doble que sus competidores formales. Además, que las ofertas que lanzaban a viva voz –docena de cuadernos y lapiceros a mitad de precio– eran un señuelo para atraer a clientes ávidos de ofertas y no una constante de rebaja para todos sus productos.


Compare aquí los precios de útiles escolares en diferentes establecimientos.

Quince años después, los informales siguen usando la misma estrategia. Una docena de cuadernos de la mejor marca –cocidos, plastificados y con la figura de moda– a mitad de precio, “pero con la condición de que compre toda su lista de útiles”. No les importa perder hasta S/.35 en esa venta, pues saben que los recuperarán –y finalmente ganarán más– con la venta de los otros productos.

En efecto, comprar los útiles escolares en estos locales podría costar hasta un 60% más que hacerlo en establecimientos mayoristas, en supermercados o, incluso, en las cadenas de librerías que están ahora en toda la ciudad (ver infografía con precios referenciales).

Para el presidente de la Confederación de Asociaciones de Padres de Familia, José Ramos Rojas, las Apafas de cada colegio deberían organizarse para hacer las compras de útiles al por mayor y, de esa manera, lograr un ahorro de hasta 40%. “Y no solo en los útiles escolares, sino también en los libros”, enfatizó.

CADENA INEFICIENTE

Para el economista Javier Zúñiga, los comerciantes minoristas informales establecen un mayor margen de ganancia en los precios de los útiles sin pagar en muchos casos sus impuestos y sin que su estructura de costos sea excesivamente mayor que la de supermercados o mayoristas.

En cambio, para el consultor y docente de Centrum Católica Alejandro Indacochea, la razón del sobreprecio está en los costos adicionales de transacción de los pequeños comerciantes. Explicó que ellos hacen sus compras por docenas en las librerías mayoristas que están en el Centro de Lima y no pueden acceder –por su reducido volumen de compras– a productores, importadores o distribuidores como sí lo hacen los supermercados y cadenas de librería, que compran en grandes cantidades y, por ello, pueden ofrecer mejores precios.

Además, los pequeños comerciantes tienen más limitaciones de personal para atender a sus clientes, pues destinan a un vendedor por comprador. En cambio, en los supermercados o mayoristas el sistema de atención es autoservicio, por lo que hay más clientes que personal, lo que reduce los costos.

PRECIO Y CALIDAD

De manera coincidente, el presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso, Jaime Delgado, explicó que los supermercados y mayoristas tienen la posibilidad de vender a menores precios porque compran en grandes volúmenes.

Sin embargo, advirtió que las familias también deberían preocuparse por la calidad de los útiles, pues había muchos productos con contenidos metálicos nocivos. Señaló que el hecho de que no paguen impuestos los informales puede resultar engañoso para el consumidor, quien por esa razón, en algunos casos, llega a creer que va a encontrar mejores precios.

Asimismo, recomendó a los padres comparar precios y calidades para obtener el mejor producto. “Los precios son libres, no pueden ser fiscalizados. Las familias deben aprender a comparar”, aseguró, mientras recordaba que mi madre me había dado esa lección con su propio ejemplo: no comprar sin antes haber consultado varios precios.

Publicado en El Comercio, 11 Feb 2012.
(Ver fuente original)

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